En lugar de los imponentes gigantes de hielo de antaño, ahora se extienden majestuosos fiordos. De manera gradual, el campo de hielo más meridional de Sudamérica está experimentando un acelerado proceso de deshielo, resultando en la desaparición de los hermosos paisajes que el joven Charles Darwin exploró durante su primer viaje por Tierra del Fuego en 1832. Estos mismos paisajes fueron fundamentales para la formación de sus teorías científicas, pero ahora se ven amenazados por el deshielo implacable e irreversible.
«Los glaciares se extienden desde las montañas hasta el borde de las aguas. No puedo imaginar nada más hermoso que el azul berilo de esos glaciares, especialmente cuando se contrasta con la nieve», escribió Darwin (Reino Unido, 1809-1882) en uno de sus diarios sobre su paso por el canal Beagle, en pleno Cabo de Hornos.
El pionero de la teoría de la evolución se maravilló ante la grandeza del paisaje, que describió como «imponente». En aquel entonces, glaciares majestuosos se extendían hasta las aguas marinas, mientras aves, plantas y animales marinos llenaban el entorno con su exuberancia. Sin embargo, lamentablemente, el cambio climático está perturbando el equilibrio de este ecosistema.
Según el geógrafo Andrés Rivera de la Universidad de Chile, la cordillera Darwin, hogar del principal campo de hielo en Cabo de Hornos, ha perdido en promedio alrededor de 1,7 kilómetros cuadrados de hielo al año durante el período de 1870 a 2016.
En los últimos 30 años, advierte, esta pérdida se ha acelerado a un ritmo alarmante de hasta 5 kilómetros cuadrados por año.
Ricardo Rozzi, director del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC), un nuevo centro de investigación en la ciudad de Puerto Williams, destaca que el aumento en la lluvia y la disminución en la nieve son efectos predichos por los modelos de cambio climático, y lamentablemente se están cumpliendo.
Si bien Rivera descarta que el hielo de Cabo de Hornos desaparezca por completo en las próximas décadas, señala que algunos glaciares son extremadamente vulnerables al cambio climático, especialmente aquellos que se encuentran en la ladera norte de la cordillera Darwin, que abarca aproximadamente 2.000 kilómetros cuadrados de hielo.
Fuente: coperativa.cl